martes, 9 de octubre de 2007

Las cosas bien y las cosas mal




















Esto sí.




















Esto no.

Supongo que hoy día debe ser imposible encontrar un artesano de los que antaño hacían esos bellos carteles a mano sobre espejo. Con letras más o menos copiadas de vaya usted a saber donde, pero que le quedaban de tres auténticos pares de cojones.

Pero una cosa es que sea difícil o caro hacerlo perfecto, y otra muy distinta irse a la copistería más cercana a que un mileurista inexperto en cortar vinilos elija entre Times New Roman y Arial Black en el CorelDraw! para rotular tu tienda gigantesca de la calle Atocha. Esa calle llena de superlocales de telas al metro que están cerrando a tal velocidad que miedo nos da lo que vaya a aparecer allí.

3 comentarios:

... dijo...

Pues aparecerá un Zara o un Bershka o alguna tienda así, por desgracia...

Que falta hace conservar lo antiguo, ya que no se hace nada nuevo que merezca la pena conservar.

Saludos salvajes.

ramonkarlos dijo...

El erróneo tiene su encanto. Pero por lo erróneo, porque lo nuevo siempre será peor que lo viejo. Hasta que eso nuevo sea viejo y venga algo más nuevo a empeorarlo. Y así sustantivamente.

Comandante F. dijo...

Por ahora okupar un palacio en el 49 es lo último que se ha hecho, merece la pena darse una vuelta, permanece igual que hace 30 años cuando se cerró, http://lasmilyunatrompas.blogspot.com/2008/09/palacio-social-okupado-autogestionado.html
y enhorabuena por el blog con la fachada de la chamarileria de 3 peces.