Oficios de antesdeayer y hoy: El afilador
En La Chamarilería no solo tenemos tremenda pasión por los objetos inanimados, sino que también admiramos los oficios inanimados.
En Madrid queda una barbaridad de gente manteniendo formas de vida propias de una Zarzuela o de Los Tramposos. Estos seres sin epígrafe en la seguridad social salen de sus casas de renta antigua, realizan pequeñas tareas casi invisibles y sin saber hacer otra cosa han conseguido sobrevivir, tener esposa, hijos y una voz cazallera que debe ser requisito indispensable para que le respeten a uno cuando va con una flauta y una bicicleta.
Este simpático ser de la foto es un afilador especializado en trabajarse los restaurantes para turistas del centro. Lo único bueno de que el muy cabronías acabase con mi siesta, es que al menos ha rellenado sin saberlo con su foto un pequeño trozo de la red de redes esa y, en concreto, este su bloj.
3 comentarios:
¿Con una flauta?, es una armónica ¿verdad?
Creo que te han venido a la mente los perroflautas del barrio, precisamente los que frecuentan la misma calle en la que se encuentra este adorable personaje, y que nos deleitan con uno de los sonidillos que podíamos tocar con el casio de la comunión, siguiendo unos puntitos de colores que nos indicaban la tecla a pulsar.
Ya quisiera yo que me jodiese la siesta.
Más bien hace que madrugue incluso los sábados.
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¡Ole!
¡Tengo un spammer! ¡Esto marcha!
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